El profesional del pan, el panadero.
El profesional de la salud, el médico.
Y el profesional de los seguros, el corredor o la correduría de seguros.
Sí, podemos comprar el pan en la gasolinera. Aun así, si lo que buscamos es un pan artesano, si queremos saber cómo está elaborado y preferimos poder elegir entre distintas variedades, iremos a una panadería.
Si no nos encontramos bien, buscando a Internet encontraríamos un diagnóstico. Pero si valoramos la sabiduría y la profesionalidad de los expertos y queremos un buen diagnóstico, será mejor acudir a un médico.
Si buscamos asesoramiento sobre una reacción determinada de un dentífrico, nos podemos dirigir al personal del supermercado donde también venden ese producto, pero seguramente el asesoramiento será mejor y obtendremos una respuesta más fiable si acudimos al profesional experto en el tema, el farmacéutico.
Aunque es algo que todos tenemos claro, siempre llega un momento en el que terminamos por comprar el pan en un lugar, digamos, poco ortodoxo.
Igualmente, por desgracia, algunas personas contratan sus seguros sin el apoyo de un profesional del sector. Unas lo hacen por obligación, como suele ocurrir en el sector bancario, otras para lograr el mejor precio y, finalmente, otras por falta de tiempo. Y digo desgraciadamente porque un asesoramiento profesional siempre aporta valor, y porque una mala elección nos podría poner en riesgo a nosotros mismos, a nuestro entorno familiar y/o a nuestro patrimonio.
Si queremos tener total libertad a la hora de contratar un seguro y buscamos un análisis profesional de nuestras necesidades de cobertura, tanto en el ámbito personal como en el profesional o empresarial, nos interesa un profesional independiente, imparcial, formado, que vele por nuestros intereses y comprometido a ofrecernos un buen servicio. Por lo tanto, nos tendríamos que dirigir al profesional de los seguros, es decir a un corredor o a una correduría de seguros.
Al contratar los seguros a través de una correduría o un corredor de seguros se garantiza por ley una serie de rasgos diferenciales que son claramente un valor añadido.
Artículo 26 de la Ley 26/2006 de 17 de julio de mediación de seguros y reaseguros privados:
- Son corredores de seguros las personas físicas o jurídicas que realizan la actividad mercantil de mediación de seguros privados definida en el artículo 2.1 de esta Ley sin mantener vínculos contractuales que supongan afección con entidades aseguradoras y que ofrecen asesoramiento independiente, profesional e imparcial a los que soliciten la cobertura de los riesgos a los que están expuestos su gente, su patrimonio, sus intereses y sus responsabilidades.
A estos efectos, se entiende por asesoramiento independiente, profesional e imparcial el realizado de acuerdo con la obligación de llevar a cabo un análisis objetivo de conformidad con lo que prevé el artículo 42.4 de esta Ley. - Los corredores de seguros deben informar a quién intente concertar el seguro de las condiciones del contrato que según su opinión conviene suscribir y ofrecer la cobertura que, de acuerdo con su criterio profesional, se adapte mejor a las necesidades de cada persona; deben velar por la concurrencia de los requisitos que tiene que reunir la póliza de seguro para su eficacia y plenitud de efectos.
- Igualmente, están obligados durante la vigencia del contrato del seguro en el que hayan intervenido, a facilitar al tomador, al asegurado y al beneficiario del seguro la información que reclamen sobre cualquiera de las cláusulas de la póliza y, en caso de siniestro, a prestar su asistencia y asesoramiento.
Las corredurías reducen las reclamaciones de los clientes
El hecho de contratar un seguro a través de una correduría te garantiza que comprenderás lo que firmas y, por lo tanto, evitarás conflictos.
Las reclamaciones interpuestas a las corredurías son mínimas. La banca y los canales de Internet se llevan la mayor parte de las reclamaciones interpuestas, tal y como muestra el último informe anual del Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones
El principal valor de las corredurías es el asesoramiento profesional que ofrecen
Los profesionales que forman el equipo de las corredurías trabajan día a día con la voluntad de ofrecer el mejor servicio a sus clientes, ya sean particulares o empresas, mediando con rigor en la contratación de sus seguros, en la gestión de siniestros y en la relación con las compañías aseguradoras.
Las corredurías conocen muy bien el sector asegurador y son independientes de las compañías. Por eso pueden ofrecer a cada cliente, y al mejor precio, la solución que mejor se adapte a sus necesidades.
El rigor en el asesoramiento al cliente es uno de los principales valores de las corredurías, ya que es clave a la hora de garantizar la seguridad de los clientes y de prevenir riesgos.